domingo, 20 de noviembre de 2016

Importancia de la pelvis en bioenergética


Los ejercicios pélvicos son especialmente importantes en los talleres de bioenergética. Es importante, en primer lugar, relajar los músculos internos y externos de la pelvis; muchos de nosotros hemos aprendido, sin ser conscientes, a tensar estos grupos de músculos. Estas tensiones impiden y/o limitan en mayor o menor medida la descarga sexual. Pero este no es un tema estrictamente sexual, ya que si nos inhibimos en este terreno, es muy probable que lo hagamos con las situaciones placenteras en general.
En segundo lugar, es importante que tengamos suficientes sensaciones en la pelvis, es decir, estemos cargados energéticamente, para poder sentir algún placer sexual.
Así que habitualmente cuando se quiere trabajar esta zona, combinamos los ejercicios para relajar las tensiones con los que están destinados a  aumentar las sensaciones.
Por otra parte, estos ejercicios, sobre todo los de carga, nos conectan con mayor sentimiento de fuerza y autoafirmación. Este aspecto se trabaja más en las sesiones de terapia, ya que es necesario no sólo la parte física, sino también explorar los contenidos psíquicos relacionados con la falta de seguridad y afirmación. No obstante, siempre tenemos oportunidad de llevar a la consciencia algunos de estos contenidos durante los talleres, ya que se deja un espacio para relacionar lo experimentado físicamente con lo que mueve en los ámbitos emocional y mental.
En este próximo taller, el 25 de noviembre, me voy a centrar especialmente en esta zona, aunque se dedicará un tiempo a las demás zonas del cuerpo, como en todos los talleres.
Este trabajo, visto desde fuera, puede parecerles a algunas personas no relacionado tanto con la psicología como con la actividad física. Pero el organismo es uno solo y tiene cuerpo físico, mente y emociones. Esas tres aspectos del organismo están implicados en todos nuestros procesos. El Análisis Bioenergético lo que plantea de novedoso es que nos ayudemos de la consciencia corporal para aumentar la consciencia de las emociones y los procesos mentales. Los talleres que realizamos están diseñados para enseñarnos a hacer estas conexiones.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Las "pautas" en psicoterapia.



    A veces las personas que vienen a la consulta piden que les dé “pautas” de comportamiento para solucionar sus problemas. Yo prefiero ofrecerles ayuda para descubrir sus propias pautas.
   
     La mayoría de las veces tenemos la suficiente inteligencia y formación como para descubrir nuestros modos de actuar más adecuadas y eficaces; lo que nos impide ser conscientes de ellas y ponerlas en práctica es ser el temor a equivocarnos, a ser diferentes y no aceptados, a quedarnos solos, o no haber crecido con la sensación de que nuestros criterios son válidos. 

    Otras veces hay gran confusión en cuanto a las necesidades, gustos y preferencias propios. Algunas personas acuden a la consulta para que alguien, que suponen que lo sabe todo, les diga cuáles son o deberían ser esas necesidades. En ese caso también prefiero ayudar a la persona a conocer más su mundo interno: reconocer sus deseos, sus inclinaciones y contrastar todo eso con sus capacidades reales y limitaciones tanto  internas como externas.

    También puede ocurrir que estemos instalados en una actitud de dependencia, infantil. En este caso creo que lo que se necesita es que te ayuden a ser consciente de esa actitud y buscar tus propios recursos y puntos fuertes. De lo contrario, siempre estaríamos a expensas de alguien que nos guíe. Aquí se podría aprovechar la terapia para desarrollar la sensación de ser capaces de resolver nuestros problemas, que por alguna razón no se desarrolló. Si, por el contrario, se le ofrecen a la persona “soluciones” a sus problemas sin haber sido consciente de este mecanismo en que está atrapada, la reforzaremos en la idea de que ella no es capaz de encontrar sus propios recursos.

    Dar excesivas pautas de comportamiento implica la creencia de que solo hay una forma de encarar las situaciones difíciles, y el psicoterapeuta supuestamente la conoce. Prefiero dejarme sorprender – y que se sorprenda la persona que está en terapia- por esas diferencias individuales que logran soluciones tan creativas y eficaces, y que no están en los manuales.  

    La psicoterapia como yo la entiendo persigue algún tipo de cambio interno, seguido de cambios en la conducta- por haberse comprendido y aflojado los bloqueos que impedían desarrollar esos comportamientos más eficaces-. Si se aconseja a la persona qué hacer con un conflicto se pierde la valiosísima oportunidad de que saque a la luz sus propios recursos, únicos en cada uno de nosotr@s, y que aprenda a ser ella misma con sus peculiaridades. También se corre el riesgo de que cada vez que haya una situación difícil en la vida, tenga que pedir ayuda profesional. Ayudar a la persona a descubrir sus propios recursos puede ser una tarea más larga pero, si está bien planteada, permite que cuando termine la relación terapéutica, la persona continúe su propio desarrollo personal sin ayuda externa.