sábado, 30 de noviembre de 2013

10 preguntas, 10 respuestas

     Aquí van diez preguntas que me hacen con frecuencia.

  

-         ¿Qué se puede hacer para controlar la ansiedad? 
-         Por un lado, reconocer y comprender sus causas, para poder hacer los cambios necesarios. Por el otro, aprender a descargar el exceso de tensión y stress que se va acumulando en el organismo, tanto en el ámbito físico, como emocional y mental. 

-         ¿Por qué algunas veces, sabiendo lo que tengo que hacer para sentirme mejor, no lo hago? 
-         Seguramente, porque no has experimentado ese otro tipo de comportamiento (o no lo has experimentado el tiempo suficiente) y necesitas “aprenderlo”. La psicoterapia te puede ayudar a desarrollar nuevas formas de comportamiento y de expresión, y a ser consciente de emociones que han estado reprimidas. Esto amplía tus posibilidades para actuar de forma diferente a la habitual. 

-         ¿Es normal sentirse triste? 
-   Sí, es una emoción normal y una manera natural de sentirnos ante algunas experiencias, tanto externas como internas. El problema viene cuando casi siempre nos sentimos tristes. Entonces lo que ocurre posiblemente es que el nivel de energía del organismo está muy bajo y necesitamos aumentarlo. A esto se puede unir que la alegría y el placer estén reprimidos y haya que liberarlos. 

-       ¿Cómo puedo sentir más energía y vitalidad, más ganas de trabajar y disfrutar de la vida? 
-     Primero, cambiando algunas cosas en tu vida, en la medida de lo posible, que te pueden estar desgastando demasiado. Luego, haciendo algunos ejercicios que te ayuden a liberar tensiones y a conectar con tu fuerza interior y alegría de vivir. Las terapias psico-corporales te pueden ayudar en este sentido, porque a través de la disolución de los bloqueos de tu energía, puedes descubrir muchos recursos personales que tienes ocultos.

-         Tiendo a sentirme inferior a los demás, ¿cómo puedo salir de esto? 
-         El origen del sentimiento de inferioridad suele estar en la imagen que nos hicimos de nosotros mismos en la infancia y la adolescencia, fuera consciente o inconscientemente. Pero también se fomenta socialmente, inculcándonos que deberíamos cumplir con unos ideales. Esos ideales casi nunca se alcanzan, claro, y nos sentimos “defectuosos”. Necesitamos conectarnos con nuestro verdadero potencial, nuestras verdaderas inclinaciones y necesidades para buscar la manera de realizarnos. 

-         Muchas veces tengo pensamientos obsesivos. Se repiten constantemente y son un tormento. ¿Esto se puede solucionar? 
-      Sí, por supuesto. Se suele dar en personas que piensan mucho, pero sienten y actúan poco. Como no son muy conscientes de lo que sienten, les cuesta saber qué hacer. Entonces se quedan dando vueltas a la cabeza, intentando resolver las cosas sólo con el pensamiento. Necesitan ser más conscientes de lo que sienten. En este caso ayuda mucho una terapia que no sólo atienda a los procesos mentales, sino también y sobre todo a las emociones y las sensaciones.

-         Entonces, ¿pensar no es bueno? 
-   Todo lo contrario. Reflexionar es bueno y necesario para comprender muchos aspectos de una situación o conflicto. Nos ayuda a tomar el camino más adecuado. Lo que no resulta tan positivo es dar vueltas siempre a lo mismo, sin abrir nuevas posibilidades de acción. De esa manera nos vamos desvitalizando. Necesitamos movilizarnos, entrar en contacto también con las emociones y los impulsos e integrar todo eso. 

-       ¿Puedo practicar ejercicios psico-corporales en casa? 
-      Por supuesto. Siempre y cuando los aprendas con alguien con mucha experiencia, que te ayude a conocer mejor tu mundo interno y así puedas manejar las emociones que aparezcan. 

-         ¿Podemos controlar las emociones? 
-       Digamos mejor que podemos aprender a contenerlas y tolerarlas. Cuando decimos controlar parece que nos referimos a decidir si sentir o no una emoción. Eso no es posible. Las emociones, como los impulsos, “son”. No están bien ni mal. Ahora bien, cuando no las toleramos, es decir no soportamos su vivencia, tendemos a descargarlas sin mucha conciencia de lo que hacemos, a no poder contenerlas, y ahí es donde se vuelven peligrosas. Por tanto, cuanto más intentamos controlarlas, menos capaces seremos de manejarlas. La psicoterapia que incluye al cuerpo nos enseña a tolerar la intensidad de las emociones sin tener que descargarla necesariamente, sino decidir cuándo y cómo hacerlo. Esto último es la contención, que no el control. 

-         ¿Es posible hacer terapia psico-corporal con los niños?
-         El bienestar psicológico de los niños depende en su mayor parte de la situación familiar en que estén inmersos. Por tanto, aunque sí se pueden aplicar técnicas corporales a los niños, adaptadas a ellos, e s imprescindible hacer algún tipo de trabajo con los padres. Se trata de orientarles en maneras de actuar y de manejarse en la vida familiar que convengan más al niño o la niña. Así vamos más al origen del problema y no sólo al síntoma.