Llevo
años realizando ejercicios de bioenergética en el contexto de la terapia
individual y en la terapia en grupo. Desde hace un tiempo los estoy trabajando
en un taller mensual dedicado exclusivamente a practicar los ejercicios.
El
taller está indicado tanto para personas que necesitan movilizarse energética y
emocionalmente en combinación con su
terapia, como a las que desean movilizar más energía y tener mayor contacto con
sus emociones, aunque no tengan conciencia de grandes conflictos en su vida.
Los
ejercicios ayudan sobre todo a desbloquear energéticamente zonas con tensiones
musculares crónicas, obtener una mayor carga y que ésta circule más libremente
por todo el cuerpo. Esto se traduce en mayor vitalidad y contacto con las
sensaciones y emociones y a recuperar el estado vibratorio natural del cuerpo.
Todo
esto por un lado nos abre al placer y por otro nos ayuda a estar más en
contacto con nuestras sensaciones y emociones (ya sean agradables o desagradables) y a liberarlas
si están retenidas.
No
soy partidaria de fomentar grandes explosiones emocionales en los talleres, ya
que, aunque son espectaculares, generalmente no sirven para nada e incluso
pueden hacer daño si la persona vive una intensidad para la que no está
preparada. Esto puede conseguir que se bloquee aun más si el miedo la paraliza.
Es preferible ir poco a poco, experimentando sensaciones y emociones que puedan
ser asimiladas e integradas por nuestro psiquismo.
Suelo
alentar a los participantes a hacer los ejercicios en casa, tomando la
precaución de no llegar al aturdimiento o la confusión. Este aspecto está muy
bien explicado en Alexander y Leslie Lowen: Ejercicios
de bioenergética. Editorial Sirio, S. A.
Recomiendo
este libro a las personas interesadas. Incluye muchos ejercicios clásicos de
bioenergética y explica cómo realizarlos, aunque, como indica el mismo Lowen,
conviene comenzar a practicarlos con asesoramiento por alguien con experiencia
en bioenergética.