A veces las personas que vienen a la
consulta piden que les dé “pautas” de comportamiento para solucionar sus
problemas. Yo prefiero ofrecerles ayuda para descubrir sus propias pautas.
La
mayoría de las veces tenemos la suficiente inteligencia y formación como para
descubrir nuestros modos de actuar más adecuadas y eficaces; lo que nos impide
ser conscientes de ellas y ponerlas en práctica es ser el temor a equivocarnos,
a ser diferentes y no aceptados, a quedarnos solos, o no haber crecido con la
sensación de que nuestros criterios son válidos.
Otras veces hay gran confusión en cuanto a
las necesidades, gustos y preferencias propios. Algunas personas acuden a la
consulta para que alguien, que suponen que lo sabe todo, les diga cuáles son o
deberían ser esas necesidades. En ese caso también prefiero ayudar a la persona
a conocer más su mundo interno: reconocer sus deseos, sus inclinaciones y
contrastar todo eso con sus capacidades reales y limitaciones tanto internas como externas.
También puede ocurrir que estemos instalados
en una actitud de dependencia, infantil. En este caso creo que lo que se
necesita es que te ayuden a ser consciente de esa actitud y buscar tus propios
recursos y puntos fuertes. De lo contrario, siempre estaríamos a expensas de
alguien que nos guíe. Aquí se podría aprovechar la terapia para desarrollar la
sensación de ser capaces de resolver nuestros problemas, que por alguna razón
no se desarrolló. Si, por el contrario, se le ofrecen a la persona “soluciones”
a sus problemas sin haber sido consciente de este mecanismo en que está
atrapada, la reforzaremos en la idea de que ella no es capaz de encontrar sus
propios recursos.
Dar excesivas pautas de comportamiento
implica la creencia de que solo hay una forma de encarar las situaciones
difíciles, y el psicoterapeuta supuestamente la conoce. Prefiero dejarme
sorprender – y que se sorprenda la persona que está en terapia- por esas
diferencias individuales que logran soluciones tan creativas y eficaces, y que
no están en los manuales.
La psicoterapia como yo la entiendo persigue
algún tipo de cambio interno, seguido de cambios en la conducta- por haberse
comprendido y aflojado los bloqueos que impedían desarrollar esos
comportamientos más eficaces-. Si se aconseja a la persona qué hacer con un
conflicto se pierde la valiosísima oportunidad de que saque a la luz sus
propios recursos, únicos en cada uno de nosotr@s, y que aprenda a ser ella
misma con sus peculiaridades. También se corre el riesgo de que cada vez que
haya una situación difícil en la vida, tenga que pedir ayuda profesional.
Ayudar a la persona a descubrir sus propios recursos puede ser una tarea más
larga pero, si está bien planteada, permite que cuando termine la relación
terapéutica, la persona continúe su propio desarrollo personal sin ayuda
externa.
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